Associació de Sant Jordi

Fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy

Sin duda alguna San Jorge es uno de los santos más representados y que posee una de las más ricas y variadas iconografías.

Las representaciones más antiguas son las un joven oficial romano, de pié con indumentaria propia de esa milicia, rostro adolescente y la espada por arma. También ha sido representado muchas veces en escenas de su martirio, especialmente en retablos góticos  medievales.

Pero ciertamente la representación más reproducida y conocida universalmente es la del santo montado sobre albo corcel venciendo al dragón y salvando a la princesa. La riqueza plástica de la leyenda ha hecho que muchos artistas hayan tratado este tema dejándonos auténticas obras de arte: Ucello, Rafael, Rubens, Ferrer, Comes, …

Única e irrepetible es la escultura de Donatello, obra clásica y punto de referencia de la escultura moderna. Serenamente de pié, sin caballo ni dragón, solamente identificable por su escudo donde campa su divisa, la cruz particular y peculiar del Santo.

En Alcoy su patrón ha sido representado de diversas formas. A principios del s. XVII, Beuter y después Carbonell dejan constancia de una imagen ecuestre en mármol del Santo coronando una fuente delante de su templo. En la cubierta de la Célebre Centuria de 1672, aparece infante armado de pica y un dragón a sus pies.

Pero la imagen del Santo peculiarmente alcoyana, es decir, combatiendo a la morisma tiene sus primeros inicios en un óleo, posiblemente del s. XVIII, perteneciente a una colección particular y también en una cerámica de la misma época que se encuentra en el Casal de Sant Jordi, en la que coexisten el dragón herido por el Santo y tres moros presenciando la escena. Con toda probabilidad estas dos imágenes servirían de inspiración a Miguel Gironés, devoto, festero y molinero de oficio para encargar en 1810 a un escultor valenciano llamado Francisco Pérez una imagen de San Jorge, caballero romano montando al blanco y noble animal con saeta en su diestra y un moro vencido bajo las manos de su montura. Es la imagen que se ha dado en llamar el matamoros y que ha servido de modelo e inspiración a muchos artistas que han imitado esta iconografía en litografías, pinturas, esculturas, cerámicas y orfebrerías: Pascual y Abad, Laporta, Cabrera, Ridaura, Peresejo, Solbes, Guarinos,…

La actual imagen ecuestre de nuestro Patrón que se venera en un lateral de su templo, es una obra de grandes proporciones y de preciosa factura realizada en 1940 por el escultor de Picasent Enrique Galarza, para suplir la que en la guerra civil fue destruida. Esta imagen, muy querida por los alcoyanos, es procesionada y aclamada en la tarde-noche del 23 de abril junto al gótico y hermoso relicario que contiene dos falanges de la mano de nuestro Patrón traídas de la Catedral de Valencia en 1832.

Otra imagen alcoyana del Santo es la que lo representa infante portando su enseña en la diestra y la palma del martirio en su mano izquierda. La más antigua que se encuentra en el Museu Alcoià de la Festa, es del último tercio del s.XIX y se creyó hasta hace poco destruida en la guerra civil, siendo la precursora de la actual hecha en Valencia en 1944 de una gran belleza y finura la cual preside el altar de la iglesia titular, siendo trasladada en los días precedentes a la Trilogía a la parroquia de Santa María para que presida el Triduo y la Misa Mayor.

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